Por qué no tiene sentido el argumento de que hay que permanecer en las redes sociales para ofrecer oposición
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El argumento de que no es posible abandonar plataformas como X o TikTok porque de lo contrario no habría «desacuerdo» ni «oposición» es insostenible por varias razones: es sencillamente basura. Se basa en una suposición falsa sobre el funcionamiento de estas plataformas y el impacto real que tiene la presencia en ellas.
1. El mito de la «oposición necesaria #
La idea de que la desinformación y el odio sólo pueden combatirse a través del contra-discurso directo en estas plataformas presupone que en ellas tiene lugar un discurso genuino y justo. Pero esto no es exactamente así. Los algoritmos de estas plataformas están optimizados para maximizar el compromiso y la atención, y esto se consigue con mayor eficacia a través de la polarización, la ira y la controversia. La oposición se amplifica no porque sea especialmente eficaz, sino porque crea un conflicto que desencadena más interacciones.
En otras palabras: quienes se oponen a la desinformación en estas plataformas contribuyen paradójicamente a que se difunda aún más exactamente ese contenido. La contradicción no se trata como un correctivo, sino como combustible para la propagación de la desinformación.
2. La influencia del algoritmo: no hay escenario neutral #
Las plataformas no son lugares neutrales donde los argumentos «buenos» y «malos» simplemente se encuentran y se debaten. Las mantienen empresas con ánimo de lucro que alinean específicamente el algoritmo para amplificar lo que provoca más interacciones, y esto suele ser contenido extremo, polarizador y con carga emocional.
Incluso si alguien «no está de acuerdo», el argumento por sí solo garantiza que el algoritmo clasifique la publicación original como relevante y la reproduzca a un número aún mayor de usuarios. En otras palabras, aumenta el alcance del contenido que realmente rechaza.
3. ¿Te rindes realmente cuando te vas? #
Otro error común es creer que abandonar estas plataformas es una especie de rendición, una admisión de que el odio ha ganado. Lo cierto es lo contrario. Los que se quedan siguen las reglas de los operadores de las plataformas y alimentan su modelo de negocio con atención y datos. Los que se van les privan de este recurso.
La oposición verdaderamente significativa no surge en un entorno inherentemente manipulador, sino donde la gente puede comunicarse de forma autodeterminada. Fediverso u otras plataformas descentralizadas ofrecen mejores condiciones para ello, ya que no dependen de obtener beneficios mediante la participación a través de la indignación.
4. Conclusión: la única estrategia ganadora es dejar de usarlas #
La idea de que la oposición a X o TikTok es indispensable se basa en un malentendido fundamental de cómo funcionan estas plataformas. Se refuerza aquello contra lo que se quiere luchar. En lugar de seguir luchando contra un algoritmo manipulador, es más eficaz a largo plazo utilizar alternativas que permitan un discurso real y reducir así la influencia de las plataformas en lugar de seguir fomentándola involuntariamente.
En cuanto los políticos y los medios de comunicación dejan de utilizar estas plataformas y dejan de clasificarlas como relevantes, privan a los operadores de su recurso más importante: la atención. Sin esta atención, no hay base para la actividad y el compromiso en estas plataformas. El algoritmo, que depende de interacciones constantes, pierde su fuerza motriz y ya no puede difundir contenidos con la misma eficacia. Al dejar de utilizar estos sistemas, se reduce el alcance de las plataformas y se debilita considerablemente su modelo de negocio.
El problema es que muchas personas no se dan cuenta de ello e inconscientemente siguen formando parte de estas plataformas. Piensan que su presencia en X o TikTok es necesaria para combatir la desinformación o difundir sus opiniones, sin darse cuenta de que están haciendo exactamente lo que el algoritmo y los «tech bros» quieren. Al seguir interactuando, comentando y compartiendo, están reforzando el sistema al que en realidad se oponen. Contribuyen a la difusión de contenidos que apoyan el modelo de negocio de estas plataformas, en lugar de debilitarlo. Este círculo vicioso sólo puede romperse mediante una retirada consciente y una reducción de la atención. Pero mientras muchos sigan creyendo que su presencia y actividad en estas plataformas es «importante», el sistema seguirá funcionando.